Con anhelos de paz, justicia, verdad y garantías de no repetición, se conmemoran 19 años de la Masacre de Remedios

Tras 19 años de ocurrida la masacre de Remedios, Antioquia, donde siete personas fueron asesinadas por paramilitares, honramos la memoria de las víctimas y reiteramos nuestros anhelos de paz con justicia, verdad y garantías de no repetición de estos crímenes.  

Es de recordar que la región del Nordeste Antioqueño recibió con buena disposición, entusiasmo y esperanza la llegada de la Unión Patriótica (UP). Un movimiento político distinto a los tradicionales y que se ajustaba a los sueños más elementales de cualquier ser humano: vivir dignamente en una nación, con respeto a los derechos de todos y en un ambiente de paz con justicia social. La población de Remedios, pese a la enorme riqueza de la región, sufría de altos niveles de necesidades básicas insatisfechas y del olvido del Estado, tal y como aún hoy ocurre.

Como en varias regiones del país, la esperanza de cambio de los habitantes de Remedios fue opacada por las alianzas criminales entre políticos, grupos paramilitares y miembros de la fuerza pública. Que pusieron como objetivo militar y de exterminio a todo aquel que se mostrara como militante o simpatizante de la UP, hechos que hoy conocemos como el genocidio por motivos políticos contra la Unión Patriótica.

En este contexto, el 2 de agosto de 1997 en Remedios, Antioquia, fueron asesinadas siete personas: Carlos Enrique Rojo Uribe, de 51 años, militante de la Unión Patriótica y ex alcalde de Remedios; el profesor Luis Alberto Lopera Múnera, de 37 años, defensor de derechos humanos y Presidente de la Junta Cívica de dicha población; Ofelia Rivera Cárdenas de Trujillo, de 56 años, también integrante de la Junta y militante de la UP; Alberto de Jesús Silva Maya, de 58 años, empleado del Inderena; Rosa Angélica Mejía Sánchez, de 28 años y también militante de la UP; Efraín Antonio Pérez Trujillo, minero de 27 años y Jairo de Jesús Pérez minero de 39 años.

Por estos hechos, el pasado 12 de julio del presente año, un Fiscal de la Dirección Nacional de Derechos Humanos y DIH de Medellín dictó medida de aseguramiento en centro carcelario contra Adriana Astrid Londoño Barrera, alias ‘La Nana’, integrante del grupo paramilitar Autodefensas del Nordeste Antioqueño e implicada en la masacre.

Hoy, en este día de conmemoración y reivincicación de la memoria de las víctmmas de la masacre de Remedios, así como en el marco de los actuales diálogos de paz, resaltamos la importancia de la memoria histórica y colectiva por su aporte en la búsqueda de justicia y del esclarecimiento de los hechos. E insistimos en que conocer la verdad es fundamental para que hayan reales garantías de no repetición de violaciones a los derechos humanos.

Reiteramos nuestro respaldo a la salida negociada del conflicto y nuestro total compromiso con la construcción de un país en paz, con justicia social, garante de la vida, los derechos humanos y los derechos de las víctimas a verdad, justiciay garantías de no repetición. Un país donde la reconciliación se convierta en un escenario de reconstrucción del tejido social.

Creían que asesinarían la esperanza

Esa madrugada de 1997 un grupo de paramilitares sacó a las víctimas de sus casas, las secuestró y posteriormente las asesinó. Ramón de Jesús Padilla Arrieta pudo escapar y fue el único sobreviviente.
Según Padilla, al parecer los asesinos se encontraban en la población desde la noche del primero de agosto y portaban una lista con los nombres de 10 habitantes (La mayoría de la UP) y encontraron a ocho. Uno había salido de la región por temor frente a las constantes amenazas y el otro no se encontraba en la vivienda cuando llegaron a buscarlo.

Luego de un recorrido de terror, las víctimas fueron obligadas a subir a un bus que los trasladó hasta un punto que llaman ‘La Negra’, un caserío donde funcionaban talleres de mecánica. Allí estuvieron por un tiempo de más o menos 40 minutos, hasta que recibieron una orden por radio e hicieron bajar a las dos mujeres y a tres de los hombres. Les desataron las manos y luego de indicarles las supuestas razones del crimen, los hicieron acostarse boca abajo y les dispararon. Ramón alcanzó a saltar por un barranco y pudo escapar. Se escondió por varios días.

Horas después, los cuerpos de las víctimas fueron encontrados en ‘La Negra’, que quedaba a unos 400 metros de la base militar ‘La Trampa’. El exalcalde Carlos Enrique Rojo y el profesor Luis Alberto Lopera fueron hallados en Marmajito, una zona de Remedios, pero muy próxima a Segovia.

La masacre de Remedios hace parte del caso 11.227 del Genocidio Político contra la Unión Patriótica, presentado por REINICIAR en la Comisión Interamericana de Derechos humanos contra el Estado colombiano por las 6.528 víctimas de este partido político.

Remedios y Segovia son dos municipios de la región del Nordeste Antioqueño en los que electoralmente la infrluencia de la UP se venía fortaleciendo desde las elecciones de 1986, desplazando a los partidos tradicionales. Había ganado las alcaldías y los concejos municipales en más de dos periodos. Ya había padecido represalias por esta victoria: La masacre de Segovia, ocurrida en noviembre de 1988. Entre 1982 y 1997 se registraron en Remedios y Segovia 347 homicidios políticos, 147 resultado de masacres y 200 de tipo selectivo. 

El sistema, al ver que la UP era una opción política, desató una estrategia para su destrucción y quiso enterrar la esperanza de cambio, pero los sueños de los líderes, militantes y simpatizantes de la UP siguen vivos, pues eran semillas del anhelo de una Colombia en paz con justicia social. 
 

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