La paz frustrada en tierra firme, es el resultado de un trabajo coordinado por la Corporación Reiniciar, con el objetivo de recuperar desde el departamento del Tolima la memoria histórica de la Unión Patriótica y por medio de ella conocer un poco más sobre esos hombres y mujeres que le apostaron a la paz con justicia social, que dieron su vida unos, otros salieron en exilio y los que se quedaron continúan luchando con la esperanza de hacer realidad el legado democrático de la Unión Patriótica. Con ellos, con su memoria construimos una aproximación de la historia del genocidio en el Tolima.
Se trata de un proceso que recopila la información durante varios años sobre la realidad vivida por las personas que convergieron en la Unión Patriótica, desde sus inicios en 1984 hasta 2006, reseñando en sus antecedentes históricos el origen luchador y tesonero del ser tolimense, heredado de esa raza pijao de “gran altivez” como lo fue el cacique Calarcá de admirable recordación.
Se acopiaron diversos documentos que habían sido guardados con mucho temor por las víctimas y sobrevivientes, tales como discursos, carnés, afiches de las campañas electorales, fotografías que muestran los momentos gloriosos de la militancia y también los momentos más tristes como los entierros de sus muertos. Así mismo se tuvieron en cuenta las estadísticas oficiales sobre el impacto electoral y los registros de prensa que describen el escenario donde se desarrolló la actividad militante en el departamento.
De igual manera, estas fuentes de información fueron complementadas con las versiones de los ojos alegres y aterrados que vieron, los oídos que oyeron, la piel erizada que sintió, los pies que corrieron huyendo, las manos que se unieron suplicando paz y las bocas que no pudieron callar, esas son las voces de las víctimas que sobrevivieron, los familiares y los dirigentes que aún continuan allí en tierra firme sembrando esperanzas.
La ubicación geográfica del Tolima en mitad del país, su apoyo en las impetuosas montañas de la cordillera Central, sus nevados y parques naturales o planicies de las riberas de sus ríos o su vecindad con el Magdalena es un marco geográfico sorprendente que contribuye a explicar la histórica beligerancia tolimense: desde la lucha de los pijaos o el aporte al movimiento comunero o la primera insurrección del siglo XX conocida como “los Bolcheviques del Líbano” o la dureza y crueldad que se dio en la Violencia de los años cincuenta.
Tolima como región tiene entonces rasgos poblacionales, geográficos y económicos específicos que determinan el comportamiento político y social de sus habitantes, que dejan su impronta en el acontecer nacional y en los partidos nacionales que reciben el aporte de sus simpatizantes. Los tolimenses dejan huella en la historia colombiana.
Es muy probable que antecedentes como, la obstinación de su población por la Paz, el diálogo constructivo y su disposición a los acuerdos políticos, le dieron un perfil propio a la Unión Patriótica en el Tolima, sufriendo la militancia, la misma sevicia y crueldad que se dio en otras zonas del país, dentro del plan general de exterminio, que se demuestra por medio de los relatos que se presentan. No obstante, se ven reflejados los esfuerzos de la dirigencia departamental y municipal de la UP, con su política de alianzas, que en un principio, consolidó el proyecto político de la Unión Patriótica, pero que posteriormente trató de frenar la matanza.
Las insistentes apuestas de paz y conciliación que la UP formulaba e impulsaba en la región, llevaron a que algunos gobernadores del departamento colaboraran decididamente, aunque hubiesen recibido la orden del gobierno nacional de no apoyar los diálogos regionales con la insurgencia. Sin embargo, la Asamblea Departamental y varios concejos municipales, incluido el de Ibagué, impulsaron las propuestas de paz.
La UP tolimense concretó acuerdos con el M-19, pasando por los grupos socialistas, el Nuevo Liberalismo, conservadores, liberales, e incluso, llegó a acuerdos con políticos, como Alberto Santofimio, que distaban de la naturaleza de la Unión Patriótica, pero siempre buscando los puntos de encuentro en medio de las diferencias, que le permitiera a la sociedad avanzar.
Irónicamente, mientras la Unión Patriótica en el Tolima, y en el resto del país, construía planes para lograr la paz, el Estado colombiano, por medio de sus instituciones, urdía planes de exterminio contra sus miembros; respondiendo a los esfuerzos pacificadores con la barbarie que pintó de sangre las banderas blancas que se levantaron en favor de la reconciliación.
Después de dos décadas, la lucha de los sobrevivientes y los familiares de las víctimas del genocidio, está dirigida a exigir justicia por los múltiples crímenes cometidos contra la militancia y por el establecimiento de una verdad que dignifique el nombre de las víctimas, así como su programa de lucha que aún sigue vigente y hace parte de las reivindicaciones de la oposición política en Colombia.
Finalmente, la publicación de este libro representa un sentido homenaje a la memoria de las víctimas del genocidio contra la Unión Patriótica en el Tolima, realizado por los sobrevivientes y los familiares de los ausentes, con el compromiso del equipo de Reiniciar y con la solidaridad y apoyo de la Agencia Sueca de Cooperación y la Embajada de Suecia, representada por su señora embajadora Lena Nordström.